El Arcángel ilumina la noche fría: reflexiones tras un 3-0 revitalizador
El Córdoba se reencontró con la victoria en El Arcángel. Este 3-0 al Tenerife es el tipo de resultado que nos devuelve la fe, el que nos hace pensar que quizás, solo quizás, ese primer triunfo como visitante esté más cerca de lo que creemos.
Para empezar, este marcador justo y contundente tiene un protagonista clave que no aparece en la lista de goleadores: Carlos Marín. Su parada en el penalti, apenas a los diez minutos, fue el momento que cambió el rumbo del partido. Si el Tenerife hubiese marcado, ¿habríamos visto un Córdoba valiente y dominador? Marín no solo detuvo un disparo, detuvo las dudas y encendió la chispa que este equipo necesitaba.
El resto de la historia ya la conocemos: Antonio Casas, un goleador que huele la sangre, volvió a demostrar por qué es uno de los pilares de este equipo. Su séptimo gol de la temporada llegó en el momento justo, y es precisamente ese tipo de acciones las que convierten a un delantero en referencia. Después, Adilson Mendes se ganó los focos. Su velocidad, su habilidad y ese gol que marcó no solo sentenciaron el partido, sino que nos presentaron a una nueva estrella. ¿Qué tendrá este chico preparado para nosotros en el futuro? Solo el tiempo lo dirá.
Y aunque es fácil dejarse llevar por la euforia de una noche así, también hay cosas que reflexionar. Los pitos a Diarra, por ejemplo, me parecieron fuera de lugar. El Arcángel es un templo de fútbol y pasión, pero nunca debería ser un lugar para el odio. Salvo ese detalle, es una pasada sentir como casi 15.000 almas soportando el frío, disfrutó de una victoria que ya hacía falta.
Por ahora, disfrutemos este triunfo. El domingo el Córdoba CF nos recordó por qué amamos este escudo y por qué nunca dejamos de soñar, incluso en las noches más frías.
Sin embargo, no podemos ignorar lo evidente. En casa, somos un equipo que sabe someter al rival, que crece con el apoyo de su gente. Pero fuera… Fuera somos el Tenerife al que sometimos el domingo: tímidos, inseguros y con un largo viaje de vuelta que deja más preguntas que respuestas. ¿Será el Levante, en el próximo partido, el escenario donde al fin cambiemos esa narrativa? Vamos a llevar esa ilusión lejos de El Arcángel, que estadísticamente, ya nos va tocando.